Harry potter y la orden del fenix (5) (r)edic.

Harry potter y la orden del fenix (5) (r)edic.

J. K. Rowling

Language: Spanish

Pages: 896

ISBN: 8478888845

Format: PDF / Kindle (mobi) / ePub


Las tediosas vacaciones de verano en casa de sus tíos todavía no han acabado y Harry se encuentra más inquieto que nunca. Apenas ha tenido noticias de Ron y Hermione, y presiente que algo extraño está sucediendo en Hogwarts. En efecto, cuando por fin comienza otro curso en el famoso colegio de magia y hechicería, sus temores se vuelven realidad. El Ministerio de Magia niega que Voldemort haya regresado y ha iniciado una campaña de desprestigio contra Harry y Dumbledore, para lo cual ha asignado a la horrible profesora Dolores Umbridge la tarea de vigilar todos sus movimientos. Así pues, además de sentirse solo e incomprendido, Harry sospecha que Voldemort puede adivinar sus pensamientos, e intuye que el temible mago trata de apoderarse de un objeto secreto que le permitiría recuperar su poder destructivo.

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Subirte por las paredes, Harry, por favor..., pero creo que deberías enseñar a todo aquel que quiera aprender. Mira, estamos hablando de defendernos de Vo-Voldemort. Venga, no seas ridículo, Ron. No sería justo que no ofreciéramos a los demás la posibilidad de aprender. Harry lo pensó un momento, y entonces respondió: —Sí, pero dudo que haya alguien, aparte de vosotros dos, que esté interesado en que le dé clase. Recuerda que soy un chiflado. —Creo que te sorprenderías de la cantidad de gente.

Que no le han quitado el alma. Si lo hubieran hecho ya os habríais dado cuenta —respondió Harry exasperado. —Tú los ahuyentaste, ¿verdad, hijo? —inquirió tío Vernon con ímpetu, como quien se esfuerza por devolver la conversación a un plano que domina—. Les diste su merecido, ¿verdad? —A los dementores no puedes darles su merecido —sentenció Harry entre dientes. —Entonces, ¿cómo es que está bien? —rugió tío Vernon—. ¿Por qué no está vacío? —Porque utilicé el encantamiento patronus... ¡ZUUUM!.

Pero yo voy a ir, ¿entendido? Y si no recuerdo mal, no pusiste objeciones a mi obsesión por salvar a la gente cuando eras tú a la que tenía que salvar de los dementores, ni... —se volvió hacia Ron— cuando tuve que salvar a tu hermana del basilisco... —¡Yo nunca me he quejado! —saltó Ron acaloradamente. —Pero si tú mismo lo has dicho, Harry —insistió Hermione con vehemencia—, Dumbledore quería que aprendieras a cerrar tu mente a esas cosas; si hubieras practicado Oclumancia como es debido nunca.

Confianza en la sangre de tu madre. Te entregué a su hermana, su único familiar vivo. —Mi tía no me quiere —saltó Harry—. No le importa... —Pero te acogió —lo interrumpió Dumbledore—. Quizá te acogiera a regañadientes, con rabia, de mala gana, contra su voluntad, pero de todos modos te acogió, y al hacerlo selló el encantamiento que yo te había hecho. El sacrificio de tu madre convirtió el vínculo de sangre en el escudo más fuerte que yo podía ofrecerte. —Sigo sin... —Mientras puedas llamar.

Hicieron ni caso, pues se hallaban enfrascados en sus propias conversaciones—. Te veo de muy mal humor. —Seamus cree que Harry miente acerca de Quien-tú-sabes —contestó brevemente Ron al comprobar que Harry no respondía. La chica suspiró, lo cual sorprendió al muchacho, que esperaba que su amiga manifestara indignación. —Ya, Lavender también lo cree —comentó Hermione con tristeza. —Seguro que has tenido una interesante charla con ella sobre si soy o no soy un mentiroso y un presumido que sólo.

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